Catherine es mi profesora de inglés. Es muy maja y alegre, y como la mayoría de las personas, se quedó sorprendida cuando le conté que tenía sinestesia. También le dije, cómo algunas veces puedo ver el color de algunas cosas que como.

La semana siguiente me trajo una chocolatina especial de Canadá. No la probé nada más recibirla, esperé a estar en casa. De repente, toda mi sala se volvió naranja, rojiza... como una nube. Pinté lo que ví.